La Paz.- El presidente boliviano, Evo Morales, se declaró en huelga de hambre para presionar al Congreso a aprobar una nueva ley electoral que guíe las elecciones de diciembre próximo, pero oficialistas y opositores continuaban entrampados por llegar a un acuerdo político. Seguir leyendo el arículo "Frente a la negligencia de un grupo de parlamentarios neoliberales, estamos obligados a asumir esta medida", dijo Morales en la sede de Gobierno en La Paz, junto a 14 dirigentes obreros y campesinos que se unieron a su huelga de hambre.
A la espera de un acuerdo parlamentario, Morales descartó expedir un decreto presidencial para convocar a elecciones generales en lugar de la ley que se debate en el Congreso.
El Legislativo, reunido desde el miércoles para expedir esta ley electoral, ingresó en la noche del jueves en un receso, tras la desbandada del grueso de legisladores opositores en protesta por la confusa votación en la que el oficialismo aprobó en una estación preliminar, "en grande", el proyecto de ley electoral.
El vicepresidente y titular del Congreso, Álvaro García, imploró a los legisladores de derecha y centroderecha que retornaran a los debates legislativos, reiteró que el oficialismo se abría a ajustar la norma y ofertó reabrir una mesa de concertación que él encabezó y abortó en horas previas sin acuerdos.
"Por favor regresen, tenemos que cumplir un deber y una obligación constitucional" les dijo García a los legisladores opositores, en rueda de prensa en la sede del Legislativo.
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