
Johannes Laitenberger, portavoz de la Comisión, lo ha dicho muy claro: "EE UU debe asumir su responsabilidad en esta situación". Para ello, ha llamado a un acuerdo para la rápida aprobación del plan de rescate elaborado por la Administración Bush, discutido durante todo el fin de semana entre congresistas demócratas y republicanos y representantes del Gobierno y finalmente rechazado ayer en la Cámara de Representantes, la Baja del Parlamento estadounidense, en particular por la oposición de los republicanos, que votaron en masa contra su jefe, instalado en la Casa Blanca.
La Comisión ha mostrado su "decepción" por este rechazo, con la esperanza de que pueda ser superado, ya que de ello depende el destino económico no sólo de EE UU sino de todo el mundo.
Para Leitenberger, las turbulencias que atraviesan los mercados mundiales se originaron en EE UU, por lo que este país tiene una "responsabilidad especial" en su resolución. Enfrente, ha subrayado que las autoridades europeas están asumiendo su responsabilidad, con acciones, en algunos casos concertadas, para apoyar al sector financiero y mostrando compromiso con la cooperación a nivel internacional.
En este sentido ha aludido a la operación de rescate del banco franco-belga Dexia y a la decisión del Gobierno irlandés de garantizar durante los dos próximos años todos los depósitos de los seis bancos del país.
También recordó que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en su calidad de presidente de la UE, ha convocado un encuentro internacional en otoño, al que asistirán los líderes del G8 -los siete países más industrializados y Rusia- y otros representantes internacionales para pactar una respuesta a la crisis financiera.
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