PUERTO PRINCIPE (AP) _ Cuatro tormentas tropicales han arrasado la mayoría de las cosechas de Haití y dañado los sistemas de riego y estaciones de bombeo de agua, suscitando el temor de una hambruna entre la población del empobrecido país. "La agricultura ha quedado destruida", dijo la ministra de Agricultura Joanas Gue a The Associated Press. Las agencias de socorro y fuentes diplomáticas indicaron que Haití necesita desesperadamente asistencia internacional para evitar una hambruna.
Empero, las Naciones Unidas han recaudado menos del 2% de los 108 millones de dólares solicitados, dijo Stephanie Bunker, vocera de la Oficina de Coordinación y Asuntos Humanitarios del organismo mundial. "Esto requerirá miles de millones de dólares. No es algo menor", dijo a la AP la administradora de la Agencia para el Desarrollo Internacional, de Estados Unidos, Henrietta Fore.
Las escuelas que deberían haber iniciado labores en septiembre siguen llenas de damnificados que se disputas las escasas raciones de alimentos. Gran parte de Gonaives, la cuarta ciudad del país, sigue inundada y sin electricidad. La malaria y otras enfermedades han comenzado a extenderse.
"La magnitud de la situación es, francamente, inimaginable para muchos países", señaló la embajadora estadounidense Janet Sanderson. "Gran parte del progreso en los últimos dos años se lo llevaron las inundaciones".
El gobierno estadounidense envió 29 millones de alimentos donados y ayuda humanitaria, y países como Colombia remitieron por aire alimentos y ropa. Los organismos de la ONU repartieron alimentos a más de 200.000 personas con la ayuda de unos 9.000 cascos azules y barcos de guerra como el estadounidense Kearsarge y el canadiense St. John.
Haití siempre ha tenido problemas para alimentar a su población. Ahora es casi imposible.

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