
Alberto Despradel, quien ejerciera de embajador dominicano en Puerto Príncipe durante el cuatrienio 2000-2004, consideró que entre los dos países no existe un problema migratorio, sino un "hecho migratorio"."Las fuerzas hegemónicas dominicanas y haitianas en función de sus intereses económicos o políticos han mantenido su influencia de manera permanente sobre los dos estados con relación al tema migratorio", afirmó el ex diplomático en un comunicado.
Despradel es de opinión de que diversos sectores en Santo Domingo y Puerto Príncipe, entre ellos políticos e intelectuales, mantienen posiciones hostiles a la buena vecindad que caracteriza generalmente las relaciones entre los pobladores fronterizos de los dos territorios que comparten la isla caribeña de La Española.
"El problema no está en la frontera, el problema está en las capitales de ambos países, donde se describen erróneamente como conflictivas las relaciones entre haitianos y dominicanos", expresó el ex embajador.
El experto en temas haitianos llamó a definir estrategias de crecimiento comunes, tras señalar que la migración es un "fenómeno que tiene un origen y un destino", fruto de la pobreza de un lado y la demanda de mano de obra barata de otro lado.Como ejemplo de esas afirmaciones, aseguró que de los 17.000 obreros utilizados en la construcción del Metro de Santo Domingo, más de 9.000 de ellos son de nacionalidad haitiana.
La semana pasada, el presidente dominicano, Leonel Fernández, afirmó en un acto público que a lo largo de los años entre los pueblos de República Dominicana y Haití ha faltado una base de entendimiento, diálogo y cooperación.
"Pienso que en la medida que nos conozcamos y podamos identificar instituciones, personalidades, comprender la historia y la cultura, se enriquecerán ambos pueblos", expuso el gobernante en esa ocasión.(EFE).
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