"Condenarían a la mayoría del país al ostracismo, a la exclusión, al vivir muriendo. Eso no va a ocurrir, pero si llegaran al Gobierno (...) el país entraría en una gran convulsión" y así "ninguno de ellos tendría cómo gobernar al país, que se volvería ingobernable", alertó.
Lo primero que harían, vaticinó Chávez en una llamada telefónica a una emisora de la televisión estatal, sería expulsar del país a los más de 20.000 médicos cubanos que prestan sus servicios en las barriadas marginales de las principales ciudades venezolanas.
Aunque tildó de "supuesto negado" que "la burguesía vuelva a gobernar a Venezuela", sorteó esa posibilidad como fruto de una eventual victoria en los comicios que el 7 de octubre decidirán el período presidencial 2013-2019.
Todos los precandidatos de la oposición, que en febrero decidirán en unas elecciones primarias cuál de ellos buscará en octubre impedirle a Chávez una nueva reelección, "están vendidos a la burguesía, a los intereses del capitalismo", añadió el jefe de Estado.
El país sabe, prosiguió, "que la revolución socialista, y si lo personalizamos y vamos a hablar de candidatos, y yo soy el único candidato de la revolución (....), que el único movimiento, el único sector, la única alianza que asegura y garantiza estabilidad en Venezuela somos nosotros".
"Este país dejó de ser la patria boba, el pueblo bobo", añadió y aseguró que es "la mayoría y no solo de los sectores populares", sino también de "la clase media y de algunos sectores de la clase alta" que coinciden en su vaticinio.
Y coinciden en ello porque "piensan de verdad y no se han dejado envenenar por la guerra psicológica permanente" que afronta su gestión, sostuvo.