A las 03.36 horas (06.36 GMT) de este sábado, cuando la mayoría de los 17 millones de chilenos dormían, se registró el movimiento telúrico que, según los expertos, fue 50 veces más poderoso que el que devastó a Haití el pasado 12 de enero.
El Instituto Geológico de Estados Unidos atribuyó al sismo una magnitud de 8,8 grados Richter y situó su epicentro en la sureña región del Bío Bío, a 500 kilómetros de Santiago y a unos 90 kilómetros al sureste de Concepción, la capital regional.
Sin embargo, el Instituto Sismológico de la Universidad de Chile dijo que el temblor alcanzó los 8,3 grados Richter y localizó el epicentro en la costa, a 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Cauquenes, en el límite entre las regiones del Bío Bío y del Maule, más al norte.
De acuerdo con los informes de las autoridades chilenas, el Maule, a 300 kilómetros de Santiago, fue la región más afectada por el sismo y, según el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, allí murieron 34 de las 82 víctimas fatales confirmadas hasta el momento.
También hubo fallecidos en la región metropolitana de Santiago (13), O'Higgins (12), Bío Bío (14), La Araucanía (5) y Valparaíso (4), además de una cantidad de heridos aún no cuantificada.
La presidenta Michelle Bachelet, que llegó a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) pocos minutos después del terremoto, viajó a la región del Maule antes del mediodía, para conocer en el terreno los efectos de la sacudida de tierra.
Todo el territorio entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía fue declarada zona de catástrofe por el Gobierno, que de inmediato comenzó a elaborar un catastro de los daños materiales, que incluyen caída de puentes y pasarelas peatonales en las autopistas que comunican Santiago con el norte y sur del país.
Las autoridades recomendaron a los chilenos no viajar, salvo por estricta necesidad, mientras las ciudades, incluida la capital, permanecían casi paralizadas.
En Santiago no funcionaba el ferrocarril subterráneo y el transporte de superficie era escaso, mientras que el aeropuerto internacional fue cerrado debido a algunos daños en la torre de control y terminal de pasajeros.
En principio se dijo que el aeropuerto estaría cerrado 24 horas, pero más tarde se extendió la medida a 48 horas y fuentes aeronáuticas no descartaron una nueva prórroga de la paralización.
Ello puso una gota de suspenso en la celebración del V Congreso de la Lengua, que debe comenzar en Valparaíso el próximo martes, con asistencia de los Reyes de España.
A nivel local, se suspendió el fútbol del fin de semana y la jornada de clausura del Festival de Viña del Mar.
El terremoto se extendió por más de 800 kilómetros de la geografía chilena, con intensidades de hasta 9 grados en la escala internacional de Mercalli, que va de uno a doce, según las autoridades.
Hasta las 12.00 horas (15-00 GMT) se habían registrado más de una veintena de réplicas, la mitad de magnitud superior a 5 grados Richter.
El sismo provocó que la mayoría de los países del Pacífico lanzaran alertas de tsunamis, algo que la Marina chilena descartó, pese a que hubo algunos episodios de marejadas en algunas localidades.
En el archipiélago de Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa, una ola de 7 metros se abatió sobre parte de una localidad, donde lugareños dijeron a emisoras de radio que había tres desaparecidos.
También olas considerables dañaron algunas viviendas en la localidad de Iloca, en la región del Maule y en Isla de Pascua, pese a estar a 3.600 kilómetros de la zona afectada. Las autoridades locales dispusieron la evacuación de Hanga Roa, el principal poblado del lugar y capital de la isla.
Pese a que están acostumbrados a vivir sobre un suelo agitado por una media de 20 temblores diarios, la mayoría imperceptibles para la población, los chilenos siguen buscando una respuesta a estos fuertes golpes de la naturaleza.
Una de ellas es que Chile está ubicado en el “Cinturón de Fuego”, una de las zonas más sísmicas de todo el orbe.
Estadísticamente, la interacción entre las placas tectónicas de Nazca y de Sudamérica produce un sismo destructor cada 10 años, un promedio de 20 pequeños temblores diarios y casi 4.000 movimientos sísmicos anuales, según el Instituto de Geofísica de la Universidad de Chile.
La historia sísmica de Chile se remonta al 28 de octubre de 1562, cuando murieron 2.000 personas en la zona de Concepción, a 520 kilómetros al sur de Santiago.
Desde entonces Chile ha sufrido 83 grandes terremotos, que en los últimos 50 años han causado 40.265 víctimas mortales.
El último gran sismo que afectó al norte de Chile ocurrió el 30 de julio de 1995, cuando un terremoto de 7,8 grados Richter sacudió la ciudad de Antofagasta, a 1.368 kilómetros de Santiago, con muertos, heridos y daños de consideración.