TEGUCIGALPA.- La tensión bajó este lunes en Honduras, un día después de que un joven y una segunda persona aún no identificada murieran en unos incidentes, pese a lo cual los seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya se volvieron a manifestar de forma pacífica por las calles de la capital.
Tegucigalpa recobró una aparente tranquilidad tras la tensión vivida ayer, cuando el avión del depuesto gobernante hizo un intento fallido por aterrizar en el aeropuerto de la ciudad.
El joven Isy Obed Murillo, de 19 años, murió el domingo en los enfrentamientos de los miles de simpatizantes que esperaban a Zelaya con las fuerzas del orden en el aeropuerto, víctima de un balazo en la cabeza cuya autoría no ha sido establecida por las autoridades policiales, que han anunciado una investigación pero que no han dado detalles del incidente.
El padre del joven, José Murillo, un pastor evangélico de 57 años, aseguró hoy a Efe que a su hijo lo mató "un francotirador" desde la pista del aeropuerto de Tegucigalpa, y que él vio cómo disparaba.
El nuevo canciller hondureño, Enrique Ortez, declaró a los medios extranjeros que hubo dos muertos en los incidentes y negó que la policía o los militares hubiesen disparado contra los manifestantes.
"No hay ninguna responsabilidad de las fuerzas de seguridad" en los hechos, enfatizó Ortez.
A pesar de lo dicho por el canciller, la fiscal de Derechos Humanos del Ministerio Público, Sandra Ponce, declaró a la prensa que "no está confirmado en forma absoluta" que haya muerto una segunda persona.
Tampoco los organizadores de las movilizaciones a favor de Zelaya han denunciado el segundo muerto.
Tras los incidentes, que también causaron una decena de heridos, el aeropuerto de Tegucigalpa fue cerrado para un plazo de 48 horas, en prevención de un posible nuevo intento de Zelaya por volver al país por ese aeródromo.
La Fuerza Aérea Hondureña, que el domingo impidió con obstáculos en la pista el aterrizaje del avión venezolano que traía a Zelaya desde Washington, atravesó hoy uno de sus vetustos aviones de transporte para evitar los aterrizajes.
Entretanto, el nuevo Gobierno de Roberto Micheletti hizo un nuevo intento por establecer contactos con la comunidad internacional, al enviar a Washington a una misión de representantes para abrir un diálogo con países de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ayer suspendió a este país como miembro del organismo.
Paralelamente, unos 3.000 seguidores de Zelaya se congregaron en las cercanías de la Casa Presidencial para demandar el regreso del depuesto presidente y acusar a Micheletti de golpista y asesino.
Dirigentes del movimiento que exige el regreso del depuesto gobernante han anunciado que continuarán las protestas y los grupos contrarios a Zelaya anunciaron que mañana llevarán a cabo nuevas movilizaciones.
El presidente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (Coprumh), Milton Bardales, dijo a los periodistas que la marcha de hoy tuvo menos intensidad porque la jornada de ayer fue muy intensa.
Sin embargo, aseguró que el paro nacional en el sector educativo continúa en demanda de la restitución de Zelaya, y que la protesta es secundada completamente.
"Lo que se vivió ayer sólo me hace seguir en la lucha hasta que bajemos a los golpistas", dijo Reinaldo García, un comerciante de 34 años.
"Vamos a seguir así porque no queremos que esto vuelva a suceder", agregó en el lugar de la manifestación.
Un dirigente cafetalero del departamento de La Paz, en el centro del país, quien sólo se identifico como Hugo, dijo que "existe indignación" por la muerte del joven.
Precisó que seguirán llegando hasta Tegucigalpa manifestantes desde el interior del país, aunque en su opinión, los seguidores de Zelaya van a tener que cambiar de estrategia en algún momento, porque "la gente no puede estar dejando su trabajo y viniendo a la capital".
"No veo que el miedo pese, sino que es la dificultad lo que pesa, porque el pueblo está en pie de lucha", dijo al ser preguntado por el ánimo de la gente tras los incidentes del domingo.
--------------------------------------------------------------------------------
Tegucigalpa recobró una aparente tranquilidad tras la tensión vivida ayer, cuando el avión del depuesto gobernante hizo un intento fallido por aterrizar en el aeropuerto de la ciudad.
El joven Isy Obed Murillo, de 19 años, murió el domingo en los enfrentamientos de los miles de simpatizantes que esperaban a Zelaya con las fuerzas del orden en el aeropuerto, víctima de un balazo en la cabeza cuya autoría no ha sido establecida por las autoridades policiales, que han anunciado una investigación pero que no han dado detalles del incidente.
El padre del joven, José Murillo, un pastor evangélico de 57 años, aseguró hoy a Efe que a su hijo lo mató "un francotirador" desde la pista del aeropuerto de Tegucigalpa, y que él vio cómo disparaba.
El nuevo canciller hondureño, Enrique Ortez, declaró a los medios extranjeros que hubo dos muertos en los incidentes y negó que la policía o los militares hubiesen disparado contra los manifestantes.
"No hay ninguna responsabilidad de las fuerzas de seguridad" en los hechos, enfatizó Ortez.
A pesar de lo dicho por el canciller, la fiscal de Derechos Humanos del Ministerio Público, Sandra Ponce, declaró a la prensa que "no está confirmado en forma absoluta" que haya muerto una segunda persona.
Tampoco los organizadores de las movilizaciones a favor de Zelaya han denunciado el segundo muerto.
Tras los incidentes, que también causaron una decena de heridos, el aeropuerto de Tegucigalpa fue cerrado para un plazo de 48 horas, en prevención de un posible nuevo intento de Zelaya por volver al país por ese aeródromo.
La Fuerza Aérea Hondureña, que el domingo impidió con obstáculos en la pista el aterrizaje del avión venezolano que traía a Zelaya desde Washington, atravesó hoy uno de sus vetustos aviones de transporte para evitar los aterrizajes.
Entretanto, el nuevo Gobierno de Roberto Micheletti hizo un nuevo intento por establecer contactos con la comunidad internacional, al enviar a Washington a una misión de representantes para abrir un diálogo con países de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ayer suspendió a este país como miembro del organismo.
Paralelamente, unos 3.000 seguidores de Zelaya se congregaron en las cercanías de la Casa Presidencial para demandar el regreso del depuesto presidente y acusar a Micheletti de golpista y asesino.
Dirigentes del movimiento que exige el regreso del depuesto gobernante han anunciado que continuarán las protestas y los grupos contrarios a Zelaya anunciaron que mañana llevarán a cabo nuevas movilizaciones.
El presidente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (Coprumh), Milton Bardales, dijo a los periodistas que la marcha de hoy tuvo menos intensidad porque la jornada de ayer fue muy intensa.
Sin embargo, aseguró que el paro nacional en el sector educativo continúa en demanda de la restitución de Zelaya, y que la protesta es secundada completamente.
"Lo que se vivió ayer sólo me hace seguir en la lucha hasta que bajemos a los golpistas", dijo Reinaldo García, un comerciante de 34 años.
"Vamos a seguir así porque no queremos que esto vuelva a suceder", agregó en el lugar de la manifestación.
Un dirigente cafetalero del departamento de La Paz, en el centro del país, quien sólo se identifico como Hugo, dijo que "existe indignación" por la muerte del joven.
Precisó que seguirán llegando hasta Tegucigalpa manifestantes desde el interior del país, aunque en su opinión, los seguidores de Zelaya van a tener que cambiar de estrategia en algún momento, porque "la gente no puede estar dejando su trabajo y viniendo a la capital".
"No veo que el miedo pese, sino que es la dificultad lo que pesa, porque el pueblo está en pie de lucha", dijo al ser preguntado por el ánimo de la gente tras los incidentes del domingo.
--------------------------------------------------------------------------------