La Policía Nacional española ha desmantelado en Madrid una banda internacional especializada en la falsificación de tarjetas de crédito y el "phishing" bancario, como se conoce a la obtención de datos de una cuenta o tarjeta de crédito gracias a un correo electrónico falso.
Durante la operación, en la que han colaborado los servicios secretos estadounidenses, la Policía de Nueva York y la embajada de Rumanía en España, han sido detenidas quince personas, informaron hoy fuentes policiales.
La Policía también ha conseguido desmantelar el taller donde se preparaban las tarjetas falsificadas, emitidas por bancos extranjeros, por lo que todas las víctimas residen fuera de España.
La investigaciones arrancaron en septiembre pasado cuando se detectó un aumento de compras efectuadas con tarjetas falsas en centros comerciales de la región de Madrid.
Las primeras sospechas recayeron en un grupo de ciudadanos rumanos, que ya estaban siendo investigados por este tipo de delitos.
Uno de los miembros de la banda se ocupaba de clonar las tarjetas a partir de tarjetas sustraídas a sus propietarios, sustituyendo en las tarjetas copiadas los nombres originales por los de las personas -en su mayoría españoles- que se encargarían de hacer las compras fraudulentas.
Para obtener los datos, la banda recurrían a hackers rusos o ucranianos que recopilaban la información confidencial bancaria a través de internet y el fraude electrónico.
Además de clonar tarjetas, la red desmantelada amplió su campo de acción al "phishing" y abría cuentas bancarias en las que ingresaba el dinero obtenido de transferencias fraudulentas llevadas a cabo gracias al robo de las claves de los clientes.
Los detenidos incluso llegaron a pedir créditos con documentación falsa, de forma que cuando la entidad bancaria reclamaba el pago de los recibos al moroso, se encontraba con que la persona no existía.
En los registros practicados, los agentes han encontrado 260 tarjetas de crédito falsas, impresoras y grabadoras de tarjetas, ocho ordenadores portátiles, numeraciones de tarjetas y datos de transferencias bancarias, una pistola de fogueo y otra simulada, así como diversa documentación rumana falsa.