La Reserva Federal de Estados Unidos y el Departamento del Tesoro han acordado hoy un plan por valor de 800.000 millones de dólares (617.000 millones de euros) para reactivar los mercados de crédito y atajar los efectos de la crisis financiera en la economía real, según han anunciado ambas instituciones desde Washington.Wall Street ha recibido bien este nuevo plan de ayudas y ha abierto al alza. Pasadas las 15.40 hora peninsular, el Dow Jones se anotaba un 1,38%. Sin embargo, hora y media después se había enfriado y estaba en plano.
Este plan de rescate, el segundo aprobado por la Administración del presidente George W. Bush tras un primer paquete de medidas por valor de 700.000 millones de dólares (cerca de medio billón de euros) se divide en dos partidas: 600.000 millones de dólares (462.000 millones de euros) para comprar activos hipotecarios y otros 200.000 millones de dólares (154.000 millones de euros) para avalar créditos al consumo, para ahorradores, consumidores, estudiantes y personas con hipoteca, así como para la compra de coches.
"Este plan da liquidez a las empresas y es crédito directo que ayudará a los consumidores", ha resumido el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, en la comparecencia ante la prensa en la que ha explicado el plan. El anuncio de estas medidas viene un día después de la presentación del equipo económico del presidente electo, Barack Obama.
Liquidez y crédito
De esta cantidad, se dedicarán 100.000 millones a ayudar a Freddie Mac y Fannie Mae, que siguen pasando por dificultades. "Cuanto más barato sea reducir su deuda, más agresivamente podrán comprar hipotecas en el mercado secundario", explica en la agencia Bloomberg Alan Bosworth, responsable de una agencia de valores en Tennessee.
El objetivo fundamental de la medida es dotar al sistema de liquidez. "Esta medida se toma para reducir el coste y ampliar la disponibilidad de crédito para la compra de casas", asegura la Fed en un comunicado. Con el margen de bajada de tipos casi agotado (la última reducción de la Fed los dejó en el 1%) las autoridades económicas de EE UU están apostando por algunas medidas calificadas por los analistas como poco ortodoxas y que van destinadas, sobre todo, a evitar la deflación.