SANTO DOMINGO.- Transitar por las calles y avenidas del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo es una odisea debido al mal estado en que se encuentran algunas vías importantes, mientras conductores del transporte público y de vehículos privados afirman que los hoyos provocan accidentes de tránsito y el deterioro continuo de sus automóviles.
Para Rafael Castro, un pensionado de 68 años, es inminente el riesgo a que están expuestas las personas que conducen en la avenida Pedro Henríquez Ureña hasta la avenida Leopoldo Navarro, sobre todo cuando llueve. El jueves de la semana pasada un joven motonchista sufrió heridas cuando su vehículo cayó en un enorme charco de agua y tuvo que ser auxiliado por los taxistas.
Cabe destacar que en la periferia se encuentran la Plaza de la Cultura, la Superintendencia de Bancos, el Banco Central, la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y otras instituciones.
Del mismo modo, bajando la avenida Leopoldo Navarro esquina César Nicolás Penson, en el sector Gazcue, justo donde queda la Embajada de los Estados Unidos, hay dos hoyos cloacales donde fueron sustraídas sus tapas. En esta misma trayectoria hasta llegar a la Bolívar la situación es similar.
“Eso es una barbaridad, no es posible que eso esté así. Yo tengo terror, estoy asechando los hoyos para no perder un eje del carro porque arreglarlo ahora no es un juego”, dijo desencantado Castro, quien dice no entender en qué gasta el Estado el dinero en impuestos que cobra a los ciudadanos. Señaló que el tránsito en el país es un desastre y los hoyos en las vías de comunicación por igual.
Castro también se refirió a instituciones como los ayuntamientos y la Secretaría de Obras Públicas, las cuales están llamadas a mantener y mejorar las vías.
La misma situación se presenta en la avenida Italia con José Contreras, donde hay enormes agujeros en diferentes partes. Allí un enorme hoyo obstruye el paso de los carros, y aunque le han colocado piedras para paliar la situación, eso agrava más el problema.
En esa misma dirección conducía ayer su vehículo junto a sus amigos, Rodolfo Fleming, quien recordó que el jueves de la pasada semana un motorista estuvo al matarse porque el Ayuntamiento del Distrito Nacional no ha arreglado la depresión en esa avenida de la capital. Igualmente, en la curva del Mirador Sur, en dirección noreste, cualquier auto que pase a alta velocidad puede estrellarse debido a los hoyos en la vía.
Franklin Escalante, quien se gana la vida como taxista en la avenida Pedro Henríquez Ureña, dice que ha olvidado las veces que ha caído en los hoyos y también las piezas que ha comprado para su carro. Explicó esto se ha convertido en una complicación para el tránsito vehicular.
Clemente Sosa, saltó de su silla a las 11:30 de la mañana de ayer cuando fue sorprendido por el fuerte ruido de un carro que cayó en uno de los hoyos de la Pedro Henríquez Ureña esquina Máximo Cabral, en Gazcue. Dijo que al automóvil se le pichó una de las gomas y por más que el dueño del vehículo quiso salir a flote, tuvieron que irlo a ayudar a empujar el carro porque no andaba con repuesta.
Sosa, quien trabaja desde hace unos cinco años en una casa de familia de la zona como seguridad, expuso que aunque muchos ejecutivos pasan por el lugar todavía las autoridades no han pasado a verificar la situación. Agregó que hace más de 20 días un oficial de la Policía por tratar de no caer en el zanja casi golpea su vehículo con un poste de luz.
“Ese hoyo lo arreglaron hace más de dos meses y ya nadie ha vuelto por aquí”, afirmó el seguridad.
Hoyos son un desastreCon los altos costos de los combustibles, la comida e incluso los repuestos para vehículos, las personas entrevistadas ven como abusivo que las instituciones correspondientes no envíen brigadas para solucionar el caótico problema de las calles y avenidas en mal estado.
“Un desastre y un abuso es lo que han cometido los funcionarios sindicales”, gritó enérgicamente al ser cuestionado Manuel Augusto Ferrer. Para él, los días no tienen gran diferencia en esta calle ya que siempre tiene que cuidarse de los hoyos y prefiere tomar el carril izquierdo para no quedarse aturdido en esa mala jugada cotidiana que vive frecuentemente cuando traslada pasajeros de su ruta.
Ferrer reveló que el gobierno y los ayuntamientos se han olvidado de asfaltar las calles, tras precisar que no basta solamente con recoger la basura, también es atender otras necesidades de los munícipes.
La zona Oriental En la zona oriental de la capital el panorama también es idéntico, calles y avenidas de diferentes sectores están en pésimas condiciones. En el ensanche Ozama, a todo lo largo de las calles Aruba y Ramón Marrero Aristy, los hoyos están por doquier, así como en la calle Mazonería con Curazao.
Una de las avenidas donde mayor confluencia de vehículos hay es en Las Américas, pero aquí también hay molestosos agujeros porque se han robado las tapas de las alcantarillas, como en numerosas vías del Distrito Nacional. En el citado acceso, específicamente entre las calles Ramón Marrero Aristy y la avenida Sabana Larga, cualquier vehículo se hunde no importa la velocidad a que transite o lo diestro que sea un conductor. Esto trae como consecuencia el taponamiento de vehículos y con ello lamentables accidentes.
Los amortiguadores, las gomas, puntas de eje y otras piezas de carros son dañadas por las inoportunas perforaciones que adornan a la capital y la provincia Santo Domingo. El testimonio viene de José Hidalgo, vecino de Alma Rosa, quien deploró que nadie responda por eso.
“Los compromisos de los funcionaros deben estar encaminados en ayudar a la población, porque entonces no podemos mejorar”, expresó Robin Álvarez, quien trabaja diariamente en la calle desde las 9:00 de la mañana hasta 6:00 de la tarde para obtener el sustento de su familia.
Para caminar en la calle Octavio Mejía esquina Sabana Larga, en Alma Rosa I, la gente debe tener mucho cuidado, pues en un descuido un carro o un simple motor puede deslizarse y chocar a una persona que camina porque el chofer no se percató del amplio bache. Siguiendo esa ruta, en la esquina del play de esa comunidad pasa lo mismo.
El comerciante Cleydi Contreras dijo que hace cuatro años cuando en la esquina había un árbol de caoba, un hombre residente en la San Vicente de Paúl que venía a alta velocidad no se mató porque ese día andaba de suerte. Reveló que en muchas ocasiones han pasado choques entre carros y motocicletas, pero hasta el momento nadie se ha matado. Contreras teme que pueda pasarle algún accidente a uno de los “deliverys” que laboran junto a él todos los días, empero, consideró que el síndico del municipio Santo Domingo Este, Juan de los Santos, no hará nada hasta que ocurra una muerte.
Su amigo, Rafael Casado, se quejó del alcalde de la zona oriental porque ha estado concentrado solamente en parques y no en las calles que también son prioridad para la comunidad.
“En la medida en que hay hoyos se pueden provocar más accidentes y esto no es bueno para la comunidad”, expresó Kelvis García, quien transita a diario por aquí.
Destacó que ha visto varios vehículos que se han parado de golpe y han estado a punto de chocar a otros.
Mencionó que si se pasa por la calle Puerto Rico, la Aruba y otras del Ensanche Ozama, los hoyos irradian con su presencia.
García consideró que es asunto de buscar tiempo y espacio para que las autoridades tomen las medidas de lugar, priorizando en las obras que damandan las localidades.
En los últimos días la lluvia ha hecho de las suyas profundizando aún más los orificios en las calles y avenidas.
Carlos Rodríguez, un boricua que está de vacaciones en el país desde hace una semana en compañía de dos amigos, comentó que ahora está manejando con mayor precaución para no dañar su auto y lo peor que ha pasado en estos días ha sido con la lluvias dejadas a su paso por el país de la tormenta Fay. “Con los hoyos hay que tener cuidado”, enfatizó.
Otros elementosTranseúntes, moradores de varios sectores y chóferes entrevistados por LISTÍN DIARIO manifestaron que una de las medidas que deben tomar las autoridades es con relación a las tapas de las alcantarillas porque estas son frecuentemente robadas por delincuentes que posteriormente las venden a bajos precios en talleres de fundición.
Indicaron, además, que dejar trabajos para después es lo que dificulta el empeoramiento de los hoyos en las vías públicas, porque se agrava más con el problema de las lluvias y el paso constante de vehículos, en especial los pesados.
EL PELIGROPor los tantos hoyos que hay en el Distrito Nacional y en la misma provincia Santo Domingo algunas personas que tienen vehículos propios han optado por transitar poco en ellos ya que consideran que de pasarle cualquier inconveniente gastarían mucho dinero porque en el país “la cosa está muy cara” para buscarse más problemas de los que se tienen.Pedro Reyes Jiménez ya está cansado de que los funcionarios del gobierno prometan y nunca cumplan, pues según dice, construyen algo y lo vuelven a desbaratar para el final hacer lo mismo.En la zona metropolitana de la ciudad capital se encuentran numerosos hoyos, lo que amerita la acción rápida de las autoridades, ya que la población aumenta cada día, los parques de automóviles y motocicelta, las industrias y de por sí los niveles de contaminación.No solamente los hoyos afean, sino que además constituyen un peligro para los transeúntes y resultan costosos para los conductores que ven sus vehículos deteriorarse cada vez que caen en uno de ellos.El pavimento en mal estado de veredas y calzadas ya es una parte paisajística del entorno urbano, porque los hoyos están por todos lados. Los puntos mencionados sólo forman un pequeño segmento del trastorno visual que afectan y aumentan a diario en todas las ciudades.De no salvaguardar a tiempo estos detalles en un futuro no muy lejano, las avenidas y calles no podrán ser transitadas debidamente y el Estado entonces tendrá que realizar una mayor inversión en su arreglo.