PRATO NEVOSO -- El australiano Simon Gerrans (Credit Agricole) conquistó la decimoquinta etapa del Tour de Francia disputada entre Embrun y Prato Nevoso, de 183 kilómetros, la primera etapa alpina con final en la cima italiana, de donde salió de líder el luxemburgués Franck Schleck, del CSC, equipo que dinamitó la carrera en el ascenso final.
Gerrans, de 28 años, frustró al español Egoi Martínez (Euskaltel), quien después de hacer un enorme trabajo en la escapada que llegó a buen puerto, fue segundo. Se puso a llorar pasada la meta porque el corredor del Credit le prometió que no le iba a atacar, de lo contrario "hubiese atacado yo antes", dijo hundido. La tercera plaza fue para el estadounidense Danny Pate (Garmin).
El austríaco Kohl (Gerolsteiner), quinto, se confirmó como revelación, Sastre le siguió a 4.03 del vencedor, Alejandro Valverde estuvo con los grandes y fue séptimo a 4.12, Menchov cedió al final y pasó octavo a 4.23, mientras que Franck Schleck cerraba el grupo a 4.41. El australiano Cadel Evans, a 4.50, se despidió del liderato.
Getty Images
Simon Gerrans celebró su victoriaEl CSC salió victorioso de la etapa italiana. Logró el objetivo de vestir de amarillo a uno de sus jefes de filas. Le tocó a Franck Schleck y situó a Sastre sexto en la general a 49 segundos, con el resto de rivales a tiro de piedra. El madrileño le ganó la partida personal a Menchov por 20 segundos, a su propio compañero Franck le sacó 38 y a Evans 47. Demostró que cuando pidió los galones a principios de temporada no iba descaminado.
El equipo danés marcó las pautas, destronó a Cadel Evans y ya sabe que otro de los enemigos a batir en las siguientes etapas alpinas es el sorprendente austríaco Berhnard Kohl, a solo 7 segundos del maillot amarillo. Evans descendió al tercer puesto del podio provisional, a 8, y Menchov, que atacó y se cayó, es cuarto a 38 segundos. Aparte de la buena impresión de Sastre, volvió a luchar entre los mejores Alejandro Valverde, que se metió noveno en el top ten a 4.11 de Schleck y Samuel Sánchez se dejó la piel y figura décimo a 4.34.
La etapa llegó a Italia después de 9 años y respondió a las expectativas del espectáculo esperado. Hubo escapada tempranera que prosperó, lucha entre los favoritos al final y se sacaron conclusiones claras: el CSC es el equipo más fuerte y tiene dos bazas sólidas: Schleck y Sastre. El enemigo número uno es Menchov y Kohl no es un invitado de piedra.
Egoi Martínez, José Luis Arrieta, Dany Pate y Simon Gerrans arrancaron en el kilómetro 12 y accedieron a Italia por la cima del Col de Agnel, a 2.774 metros de altitud, con 12.50 minutos de adelanto sobre el grupo de favoritos. Una escapada permitida que nació en el kilómetro 12 y que no representaba peligro alguno para la alta jerarquía de la general. Una primera dificultad que tuvo su historia en la vertiente transalpina.
En el descenso, en pleno chaparrón y a 5 grados de temperatura, cundió el pánico por la espectacular caída de Oscar Pereiro, un accidente que desalojó al español de la carretera hacia el vacío y que recordó al que sufrió Frank Schleck en la Vuelta a Suiza. La vegetación frenó su caída al abismo y durante unos instantes quedó inerme, sin perder la consciencia en ningún momento.
Algunos de sus compañeros se detuvieron a ayudar, y el resto del pelotón, en ese momento dirigido por el equipo de Evans, ralentizó el ritmo hasta recibir noticias tranquilizadoras.
Pereiro fue trasladado al hospital más próximo con fractura de clavícula. Punto final para las ilusiones de un corredor que horas antes había manifestado su deseo de sacarse "una espina que tiene clavada el equipo desde la frustración de Hautacam", donde junto a Valverde perdió su condición de favorito. El de Mos perdió el Tour y su opción de ir a los Juegos Olímpicos, pero la vida le ofreció la mano amiga de la suerte.
Superado el descomunal susto, el pelotón se escindió en el descenso, con los favoritos delante en un grupo de 25 hombres. Los cuatro escapados seguían contando la ventaja a partir del cuarto de hora, camino del escenario de gala, la subida a Prato Nevoso, con sus 11,4 kilómetros al 6,9 por ciento de pendiente media, donde la afición se dio cita para recordar que el ciclismo no ha perdido aún su clientela, a pesar de todo.
El CSC movió las piezas camino del puerto. El campeón noruego Arvesen primero y luego la locomotora suiza Fabian Cancellara, pusieron al personal en fila india, con el gancho en el cuello, que se dice en el lenguaje ciclista. Una labor de desgaste para quemar después las naves con sus líderes en la subida. Tambores de guerra.
Egoi Martínez, Arrieta, Gerrans y Pate pasaron por la falda de la montaña italiana con más de 11 minutos de botín. Se iban a jugar la victoria. El español trató de dejar a sus compañeros, sin éxito, por lo que la etapa se definió en un esprint entre tres después de que Arrieta tirase antes la toalla.
Hubo poca discusión. Gerrans, un hombre rápido, arrancó para ganar con facilidad. De lo prometido nada de nada. Egoi confió en la palabra del aussie, pero éste amarró una oportunidad inigualable para estrenar su palmarés. Marcó en meta 4h.50.44, a una media de 37,5 kms/hora. Las lágrimas, para el corredor del Euskaltel.
Mientras Gerrans celebraba su segunda victoria de la temporada, Andy Schleck (CSC) seleccionó el grupo principal con varios ataques de repetición. Aguantaron todos los favoritos, pero enseguida se vio que Evans no andaba sobrado de fuerzas. Menchov tomó nota y atacó a tres kilómetros de meta, con tan mala suerte que se fue al suelo. Le esperaron. Otro detalle bonito del día. Ya todos en liza, atacó Kohl y se le pegó Sastre como una lapa.
Ahí se dejó Evans el amarillo, se comprobó que a Menchov también se le puede descolgar y que el CSC tiene la llave de la carrera. A punto de entrar en los Alpes franceses, próxima cita con la batalla. Todo después de la jornada de descanso del lunes.
Gerrans, de 28 años, frustró al español Egoi Martínez (Euskaltel), quien después de hacer un enorme trabajo en la escapada que llegó a buen puerto, fue segundo. Se puso a llorar pasada la meta porque el corredor del Credit le prometió que no le iba a atacar, de lo contrario "hubiese atacado yo antes", dijo hundido. La tercera plaza fue para el estadounidense Danny Pate (Garmin).
El austríaco Kohl (Gerolsteiner), quinto, se confirmó como revelación, Sastre le siguió a 4.03 del vencedor, Alejandro Valverde estuvo con los grandes y fue séptimo a 4.12, Menchov cedió al final y pasó octavo a 4.23, mientras que Franck Schleck cerraba el grupo a 4.41. El australiano Cadel Evans, a 4.50, se despidió del liderato.
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Simon Gerrans celebró su victoriaEl CSC salió victorioso de la etapa italiana. Logró el objetivo de vestir de amarillo a uno de sus jefes de filas. Le tocó a Franck Schleck y situó a Sastre sexto en la general a 49 segundos, con el resto de rivales a tiro de piedra. El madrileño le ganó la partida personal a Menchov por 20 segundos, a su propio compañero Franck le sacó 38 y a Evans 47. Demostró que cuando pidió los galones a principios de temporada no iba descaminado.
El equipo danés marcó las pautas, destronó a Cadel Evans y ya sabe que otro de los enemigos a batir en las siguientes etapas alpinas es el sorprendente austríaco Berhnard Kohl, a solo 7 segundos del maillot amarillo. Evans descendió al tercer puesto del podio provisional, a 8, y Menchov, que atacó y se cayó, es cuarto a 38 segundos. Aparte de la buena impresión de Sastre, volvió a luchar entre los mejores Alejandro Valverde, que se metió noveno en el top ten a 4.11 de Schleck y Samuel Sánchez se dejó la piel y figura décimo a 4.34.
La etapa llegó a Italia después de 9 años y respondió a las expectativas del espectáculo esperado. Hubo escapada tempranera que prosperó, lucha entre los favoritos al final y se sacaron conclusiones claras: el CSC es el equipo más fuerte y tiene dos bazas sólidas: Schleck y Sastre. El enemigo número uno es Menchov y Kohl no es un invitado de piedra.
Egoi Martínez, José Luis Arrieta, Dany Pate y Simon Gerrans arrancaron en el kilómetro 12 y accedieron a Italia por la cima del Col de Agnel, a 2.774 metros de altitud, con 12.50 minutos de adelanto sobre el grupo de favoritos. Una escapada permitida que nació en el kilómetro 12 y que no representaba peligro alguno para la alta jerarquía de la general. Una primera dificultad que tuvo su historia en la vertiente transalpina.
En el descenso, en pleno chaparrón y a 5 grados de temperatura, cundió el pánico por la espectacular caída de Oscar Pereiro, un accidente que desalojó al español de la carretera hacia el vacío y que recordó al que sufrió Frank Schleck en la Vuelta a Suiza. La vegetación frenó su caída al abismo y durante unos instantes quedó inerme, sin perder la consciencia en ningún momento.
Algunos de sus compañeros se detuvieron a ayudar, y el resto del pelotón, en ese momento dirigido por el equipo de Evans, ralentizó el ritmo hasta recibir noticias tranquilizadoras.
Pereiro fue trasladado al hospital más próximo con fractura de clavícula. Punto final para las ilusiones de un corredor que horas antes había manifestado su deseo de sacarse "una espina que tiene clavada el equipo desde la frustración de Hautacam", donde junto a Valverde perdió su condición de favorito. El de Mos perdió el Tour y su opción de ir a los Juegos Olímpicos, pero la vida le ofreció la mano amiga de la suerte.
Superado el descomunal susto, el pelotón se escindió en el descenso, con los favoritos delante en un grupo de 25 hombres. Los cuatro escapados seguían contando la ventaja a partir del cuarto de hora, camino del escenario de gala, la subida a Prato Nevoso, con sus 11,4 kilómetros al 6,9 por ciento de pendiente media, donde la afición se dio cita para recordar que el ciclismo no ha perdido aún su clientela, a pesar de todo.
El CSC movió las piezas camino del puerto. El campeón noruego Arvesen primero y luego la locomotora suiza Fabian Cancellara, pusieron al personal en fila india, con el gancho en el cuello, que se dice en el lenguaje ciclista. Una labor de desgaste para quemar después las naves con sus líderes en la subida. Tambores de guerra.
Egoi Martínez, Arrieta, Gerrans y Pate pasaron por la falda de la montaña italiana con más de 11 minutos de botín. Se iban a jugar la victoria. El español trató de dejar a sus compañeros, sin éxito, por lo que la etapa se definió en un esprint entre tres después de que Arrieta tirase antes la toalla.
Hubo poca discusión. Gerrans, un hombre rápido, arrancó para ganar con facilidad. De lo prometido nada de nada. Egoi confió en la palabra del aussie, pero éste amarró una oportunidad inigualable para estrenar su palmarés. Marcó en meta 4h.50.44, a una media de 37,5 kms/hora. Las lágrimas, para el corredor del Euskaltel.
Mientras Gerrans celebraba su segunda victoria de la temporada, Andy Schleck (CSC) seleccionó el grupo principal con varios ataques de repetición. Aguantaron todos los favoritos, pero enseguida se vio que Evans no andaba sobrado de fuerzas. Menchov tomó nota y atacó a tres kilómetros de meta, con tan mala suerte que se fue al suelo. Le esperaron. Otro detalle bonito del día. Ya todos en liza, atacó Kohl y se le pegó Sastre como una lapa.
Ahí se dejó Evans el amarillo, se comprobó que a Menchov también se le puede descolgar y que el CSC tiene la llave de la carrera. A punto de entrar en los Alpes franceses, próxima cita con la batalla. Todo después de la jornada de descanso del lunes.