Vivian Lubrano fue enviada ayer a la cárcel de Najayo, pero anoche las autoridades decidieron devolverla a la clínica porque la prisión no tiene condiciones médicas para atender su situación física y psicológica.
Lubrano llegó ayer en una ambulancia al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva desde el centro médico Abel González, donde ha permanecido desde que la Suprema Corte de Justicia ratificó la sentencia que la condenó a cinco años de prisión por implicación en la quiebra del Banco Intercontinental (Baninter).
La ex funcionaria del Baninter tenía como límite las 5:00 de la tarde para entregarse voluntariamente a la Justicia y el reloj marcaba las 4:25 minutos cuando llegó al Palacio de Justicia y las 4:31 cuando el juez de la Ejecución de la Pena, Saulo Ysabel Díaz, bajó de la tercera planta para conversar con ella y ordenar su ingreso al Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Mujeres.
A las 5:07 Lubrano llegó al penal, donde no se permitió el acceso de la prensa.
Allí fue bajada de la ambulancia en una camilla, aparentemente sedada o dormida, y fue recibida por el director de la Escuela Penitenciaria de la Procuraduría General de la República, Ismael Paniagua, quien le hizo el ingreso como reclusa.
Luego de una evaluación de casi tres horas, los médicos de la Procuraduría en Najayo Mujeres, decidieron que Lubrano regresara a la Clínica Abel González porque en el penal no hay condiciones para darle las atenciones médicas que requiere su delicado estado físico y emocional, según explicó Paniagua.
“Realmente está muy mal, incluso fue necesario llamar a su abogado para que ofreciera ciertas explicaciones porque ella no estaba en condiciones de ofrecerlas”, dijo.
Sin embargo, la evaluación a la salud de Lubrano que hizo el médico Ernesto Antonio Dotel, de la Fiscalía del Distrito, establece que la condición médica de la condenada es manejable.
El magistrado Saulo Ysabel Díaz informó que la Dirección de Prisiones le había asegurado que en el penal hay condiciones para que la paciente se recupere.
Durante las casi tres horas que duró la evaluación, estuvo estacionada la ambulancia que la trasladó a la cárcel, donde llegó en compañía de un médico y otras dos mujeres, aparentemente familiares de ella.
Hasta el año 2013
Según el auto de conducencia, Vivian Lubrano deberá permanecer en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres hasta el 22 de marzo del año 2013, fecha en que recobrará la libertad a las 12:00 del mediodía.
Ella es la cuarta y última persona que es enviada a la cárce por el fraude del Baninter.
La semana pasada fueron enviados el ex presidente de la entidad, Ramón Báez Figueroa; el ex vicepresidente de operaciones, Marcos Báez Cocco, y el economista Luis Álvarez Renta, todos condenados a diez años de cárcel.
Piden prisión domiciliaria
Los abogados de Lubrano habían solicitado prisión domiciliaria para su defendida debido a “a su delicado estado de salud”.
Ante la solicitud, el juez de la Ejecución de la Pena ordenó una evaluación médica a Lubrano que concluyó en que la paciente presenta un "cuadro de trastorno de pánico con despersonalización de origen ansioso, pero es estable, por lo que puede ser trasladada" al centro de reclusión.
Lubrano llegó ayer en una ambulancia al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva desde el centro médico Abel González, donde ha permanecido desde que la Suprema Corte de Justicia ratificó la sentencia que la condenó a cinco años de prisión por implicación en la quiebra del Banco Intercontinental (Baninter).
La ex funcionaria del Baninter tenía como límite las 5:00 de la tarde para entregarse voluntariamente a la Justicia y el reloj marcaba las 4:25 minutos cuando llegó al Palacio de Justicia y las 4:31 cuando el juez de la Ejecución de la Pena, Saulo Ysabel Díaz, bajó de la tercera planta para conversar con ella y ordenar su ingreso al Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Mujeres.
A las 5:07 Lubrano llegó al penal, donde no se permitió el acceso de la prensa.
Allí fue bajada de la ambulancia en una camilla, aparentemente sedada o dormida, y fue recibida por el director de la Escuela Penitenciaria de la Procuraduría General de la República, Ismael Paniagua, quien le hizo el ingreso como reclusa.
Luego de una evaluación de casi tres horas, los médicos de la Procuraduría en Najayo Mujeres, decidieron que Lubrano regresara a la Clínica Abel González porque en el penal no hay condiciones para darle las atenciones médicas que requiere su delicado estado físico y emocional, según explicó Paniagua.
“Realmente está muy mal, incluso fue necesario llamar a su abogado para que ofreciera ciertas explicaciones porque ella no estaba en condiciones de ofrecerlas”, dijo.
Sin embargo, la evaluación a la salud de Lubrano que hizo el médico Ernesto Antonio Dotel, de la Fiscalía del Distrito, establece que la condición médica de la condenada es manejable.
El magistrado Saulo Ysabel Díaz informó que la Dirección de Prisiones le había asegurado que en el penal hay condiciones para que la paciente se recupere.
Durante las casi tres horas que duró la evaluación, estuvo estacionada la ambulancia que la trasladó a la cárcel, donde llegó en compañía de un médico y otras dos mujeres, aparentemente familiares de ella.
Hasta el año 2013
Según el auto de conducencia, Vivian Lubrano deberá permanecer en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres hasta el 22 de marzo del año 2013, fecha en que recobrará la libertad a las 12:00 del mediodía.
Ella es la cuarta y última persona que es enviada a la cárce por el fraude del Baninter.
La semana pasada fueron enviados el ex presidente de la entidad, Ramón Báez Figueroa; el ex vicepresidente de operaciones, Marcos Báez Cocco, y el economista Luis Álvarez Renta, todos condenados a diez años de cárcel.
Piden prisión domiciliaria
Los abogados de Lubrano habían solicitado prisión domiciliaria para su defendida debido a “a su delicado estado de salud”.
Ante la solicitud, el juez de la Ejecución de la Pena ordenó una evaluación médica a Lubrano que concluyó en que la paciente presenta un "cuadro de trastorno de pánico con despersonalización de origen ansioso, pero es estable, por lo que puede ser trasladada" al centro de reclusión.