
Esta afirmación se desprende de personas residentes en el lugar, que veían llegar a los visitantes, luego mandaban a comprar bebidas alcohólicas y más tarde escuchaban gritar a los menores.
Además, se tiene la creencia de que estos eran maltratados con una plancha y tablas, según contó un vecino que pidió reservas de su nombre y que llamó la atención de la Policía a fin de que estos mantengan un patrullaje en la zona, debido a que tras explotar el escándalo, en horas de la noche acuden al lugar, "personas raras" en motores y carros con vidrios ahumados que preguntan sobre el comportamiento de José Antonio Dionisio, el pastor acusado de violar a por lo menos nueve menores que residían allí.
De Adonis Santiago Díaz
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