
La mujer, vistiendo el uniforme verde olivo destinado a criminales peligrosos, no exhaló un solo hito de emoción, no lloró y parecía estar petrificada ante las preguntas que le hacía el magistrado respondiendo “no” a la mayoría de las interrogantes.
Arroyo se declaró “inocente” (no culpable) del asesinato de su criatura, un crimen que hace días conmovió a la ciudad de Paterson y al estado de New Jersey. Mientras la audiencia se desarrollaba en la corte, un cortejo fúnebre en el que participaron docenas de personas, daban la despedida final a un niñito al que ella no le dejó ver la vida.
El juez le exigió una fianza de $750, 000 dólares en efectivo, consciente de que el pago es imposible para una mujer pobre y su familia. Arroyo, hija de mexicanos y nacida en Arizona, enfrenta 30 años de cárcel, pero su abogado defensor sostiene que probablemente su ataque al niño, se debió al llamado trauma pos parto que torna en violentas y agresivas a miles de mujeres en el mundo.
Ese trauma también es causa de locura o paranoia momentánea en muchas de sus víctimas. Previo a la presentación de Arroyo en la corte de Paterson, un equipo de expertos siquiatras le hicieron una evaluación para determinar si estaría en condiciones de ser sometida a un juicio.
Responsables de la justicia en New Jersey dijeron que el caso será remitido a un Gran Jurado. Cuando la jueza Marilyn Clark le preguntó repetidas veces a Arroyo que si entendía que cualquier cosa que dijera podría ser utilizada contra ella, la acusada respondió “no”. La misma respuesta la dio para otras preguntas claves con las que la jueza trataba de establecer su estado mental.
Los abogados de la madre hispana Gerald M. Saluti y Brooke M. Barnet le dijeron a la jueza que su defendida no está en condiciones de entender nada de lo que envuelve la situación del crimen. La jueza aceptó la declaración de no culpabilidad de Arroyo, pero ordenó que otros médicos especialistas la evalúen. Los resultados los reclamó para un plazo de dos a tres semanas.
Un primer examen determinará si la acusada tendrá que ser recluida en la cárcel o ser ingresada en un hospital siquiátrica. El abogado Saluti dijo que en el caso, obviamente hay una joven visiblemente enferma mental y físicamente. “Ni siquiera sabemos si ella entiende en lo que estamos”, añadió el jurista. “No sabe lo que hizo”, puntualizó el abogado de oficio.
Si es encontrada incompetente por los siquiatras para enfrentarse a un juicio, será internada en el manicomio. Los padres de la mujer y otros familiares acudieron a la corte para respaldarla con la presencia y donde mantuvieron la calma, pero al notar los medios de comunicación en el pasillo de la corte varios de ellos irrumpieron en llantos.
“Nadie niega que ella era muy buena madre”, dijo la señora Brenda Lee Melecio prima de Arroyo. “Sólo queremos saber porqué”, agregó la prima de la acusada. La jueza justificó el inusual monto de la fianza en que como Arroyo vive ahora fuera de Arizona, habría problemas en creer que no sería capaz de huir.
Después de asesinar a su bebé, Arroyo intentó matarse usando el mismo cuchillo de cocina y de 12 pulgadas de largo, por lo que fue recluida en un hospital y de allí en la cárcel. El asesinato de la criatura se produjo mientras el padre del niñito visitaba el apartamento de Arroyo. Este le dijo a la policía que no pudo hacer nada para evitarlo y no fue implicado como sospechoso en el caso.
Saluti dijo que el caso es muy triste para las familias de la mujer y del padre del bebé. “Yo le dije a ella que su bebé está a salvo en las manos de Dios ahora, pero ni siquiera pestañeó lo que indica que tiene un fuerte problema mental”, explicó.
La fecha para una próxima audiencia en la corte y para recibir las conclusiones de los exámenes siquiátricos no fue fijada de inmediato por la corte. La oficina del fiscal asistente del condado Passaic Mark Rangers rehusó comentar sobre el caso.
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