LONDRES.- Una nueva técnica que consiste en aplicar una sola dosis de radiación en la zona afectada por un cáncer de mama durante una operación es tan efectiva como someter a las pacientes a sesiones prolongadas de radioterapia, según un estudio publicado por la revista médica "The Lancet".
Un equipo de profesionales de Reino Unido probó en 2.000 enfermas la efectividad de este nuevo método, que consiste en aplicar una única dosis de radioterapia en el área exacta del pecho afectada por el tumor.
Actualmente, las mujeres que padecen este tipo de cáncer suelen comenzar el tratamiento sometiéndose a una operación, en la que se les extirpan los tejidos afectados, y después pasan por sesiones de quimioterapia y radioterapia para erradicar posibles células cancerosas.
Con la nueva técnica, los médicos emplean una máquina de radioterapia móvil que puede insertarse dentro del pecho para localizar el lugar exacto afectado por el cáncer, en el que aplican una sola dosis de radiación.
Para llegar a estas conclusiones, los expertos realizaron pruebas durante cuatro años con mujeres mayores de 45 años.
Tras este periodo, en el que observaron cómo evolucionaban las pacientes tratadas con sesiones de radioterapia convencional y las que se sometieron al nuevo método, los investigadores no apreciaron diferencias significativas en los índices de recurrencia de la enfermedad.
Así, seis enfermas tratadas con la nueva técnica sufrieron una recaída y se dio una recurrencia del cáncer en cinco casos de pacientes que optaron por las sesiones prolongadas de radioterapia.
Según el estudio, aunque no se observan diferencias en cuanto a la efectividad de ambos tratamientos, con el nuevo método se consigue evitar el daño potencial a otros órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el esófago.
La frecuencia con la que surgieron otras complicaciones durante estos tratamientos y la aparición de efectos tóxicos en algunas mujeres fue similar en ambos grupos.
Los investigadores indicaron que este proceso podría ser más conveniente para la propia enferma y reduciría, además, las listas de espera en los hospitales, además de ahorrar potencialmente cada año 15 millones de libras (unos 18 millones de euros) al Reino Unido.
No obstante, aunque los expertos se mostraron satisfechos con los resultados, señalaron que sus hallazgos sólo podían aplicarse a mujeres con un tipo de cáncer de mama similar a las que se sometieron a estas pruebas.
Según Kate Laws, directora del centro de investigación para el cáncer de Reino Unido Cancer Research, "serán necesarios más estudios de estas mujeres para confirmar si esta estrategia no sólo logra lo mejor de la terapia, sino que además minimiza cualquier efecto a largo plazo".
Un equipo de profesionales de Reino Unido probó en 2.000 enfermas la efectividad de este nuevo método, que consiste en aplicar una única dosis de radioterapia en el área exacta del pecho afectada por el tumor.
Actualmente, las mujeres que padecen este tipo de cáncer suelen comenzar el tratamiento sometiéndose a una operación, en la que se les extirpan los tejidos afectados, y después pasan por sesiones de quimioterapia y radioterapia para erradicar posibles células cancerosas.
Con la nueva técnica, los médicos emplean una máquina de radioterapia móvil que puede insertarse dentro del pecho para localizar el lugar exacto afectado por el cáncer, en el que aplican una sola dosis de radiación.
Para llegar a estas conclusiones, los expertos realizaron pruebas durante cuatro años con mujeres mayores de 45 años.
Tras este periodo, en el que observaron cómo evolucionaban las pacientes tratadas con sesiones de radioterapia convencional y las que se sometieron al nuevo método, los investigadores no apreciaron diferencias significativas en los índices de recurrencia de la enfermedad.
Así, seis enfermas tratadas con la nueva técnica sufrieron una recaída y se dio una recurrencia del cáncer en cinco casos de pacientes que optaron por las sesiones prolongadas de radioterapia.
Según el estudio, aunque no se observan diferencias en cuanto a la efectividad de ambos tratamientos, con el nuevo método se consigue evitar el daño potencial a otros órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el esófago.
La frecuencia con la que surgieron otras complicaciones durante estos tratamientos y la aparición de efectos tóxicos en algunas mujeres fue similar en ambos grupos.
Los investigadores indicaron que este proceso podría ser más conveniente para la propia enferma y reduciría, además, las listas de espera en los hospitales, además de ahorrar potencialmente cada año 15 millones de libras (unos 18 millones de euros) al Reino Unido.
No obstante, aunque los expertos se mostraron satisfechos con los resultados, señalaron que sus hallazgos sólo podían aplicarse a mujeres con un tipo de cáncer de mama similar a las que se sometieron a estas pruebas.
Según Kate Laws, directora del centro de investigación para el cáncer de Reino Unido Cancer Research, "serán necesarios más estudios de estas mujeres para confirmar si esta estrategia no sólo logra lo mejor de la terapia, sino que además minimiza cualquier efecto a largo plazo".