La situación de peligro fue detectada en calles y avenidas del municipio de Santo Domingo Este
Los hoyos en calles y aceras producto del robo de las tapas de los filtrantes se han convertido en enemigos letales de los habitantes de las calles de Santo Domingo Este, donde enfrentan el riesgo permanente de caer al vacío y sufrir lesiones graves, mientras a los ladrones nadie les pone coto.
La avenida Venezuela, en la cabeza del puente Francisco del Rosario Sánchez, con una permanente circulación de vehículos, tiene unos 15 hoyos en las aceras, pese a ser una vía por la que constantemente transitan a pie estudiantes desde y hacia la escuela.
“Las tapas fueron robadas por los ladrones hace más de dos años, pero la Policía ni el Ayuntamiento han hecho esfuerzo alguno para corregir la situación”, manifestó Guillermina Santos, residente en las inmediaciones.
Otra calle, como la 13, ubicada entre la carretera Mella y Bonaire, con una extensión de unos 500 metros, en el centro de Alma Rosa y el ensanche Ozama, ha dejado de ser usada por los transeúntes, tras ser abandonada por las autoridades municipales, que han permitido que haya sido convertida en vertedero, donde se depositan animales muertos y escombros.
Esta vía tiene las aceras ocupadas por desperdicios sólidos, malezas y aguas negras, lo que la ha convertido en un potencial foco de contaminación, y fuente de enfermedades.
Esta calle queda detrás del residencial Laura Michel, cuyos constructores ni las autoridades municipales han hecho nada para frenar la ola de mosquitos, ratones y el mal olor que proliferan en la zona, situación que ha provocado más de 20 casos de dengue.
Quienes transitan por las calles de Santo Domingo Este deben hacerlo con sumo cuidado, porque la falta de visibilidad causada por un apagón podría llevarlos a las profundidades de un hoy llenó de aguas pestilentes, desperdicios y sabandijas, accidente que, si no les causan la muerte, pueden provocarles lesiones graves y permanentes.
Santo Domingo Este es, de los siete municipios de la provincia Santo Domingo, la demarcación que ha registrado mayor crecimiento en los últimos años, por lo que sorprende el mal estado de numerosas calles, con aceras que constituyen un peligro público.