Autoridades ecuatorianas asumieron el control del FOL en una ceremonia realizada en la propia base, en la que dejaron sentado el rechazo a las bases extranjeras en territorio nacional.
"Nunca más bases extranjeras en territorio ecuatoriano, nunca más una venta de la bandera", declaró el canciller Fander Falconí, que insistió en las críticas del gobierno a la concesión en 1999 de una parte de la base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en Manta a Washington para actividades aéreas antinarcóticos.
"No tuvieron escrúpulos en subordinar la soberanía del Ecuador", señaló.
Previamente el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, había declarado a la AFP que la decisión de Quito implica "la concreción de una política del gobierno que no quiere ni presencia ni instalaciones de fuerzas militares extranjeras de ningún tipo y bajo ningún concepto en territorio ecuatoriano".
Washington levantó el puesto en medio de las duras críticas de los aliados Venezuela, Bolivia y Ecuador a su acuerdo con Bogotá, que permitirá a tropas estadounidenses usar siete bases militares colombianas.
Ese plan es visto como un factor de desestabilización y ha derivado en roces entre Colombia y varios de sus socios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que reclaman garantías de que el pacto militar respetará la soberanía de la región.
"Nosotros no insistiremos en garantías porque si aquí hay una garantía, es que sí van a utilizar esas bases militares contra nosotros", dijo el miércoles el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien desde julio mantiene congeladas las relaciones con Bogotá por el acuerdo con Estados Unidos.
Asimismo la Fiscalía ecuatoriana indaga supuestos abusos de las tropas estadounidenses, que son acusadas del hundimiento de barcos y la desaparición de personas a pretexto del combate contra las drogas.
En el FOL, que ocupó un 5% de las 755 hectáreas de la base de la FAE, Washington podía mantener un máximo de 450 uniformados y estacionar hasta ocho aviones para el rastreo de naves y submarinos del narcotráfico, los cuales cubrían un área de 6.400 km sobre el Pacífico, desde Perú hasta Centroamérica.
Estados Unidos realizó más de 5.500 misiones desde Ecuador y en operaciones coordinadas con los puestos de Curazao y El Salvador fueron incautadas unas 1.700 toneladas de drogas valoradas en unos 35.100 millones de dólares, según la legación de ese país.
El FOL fue devuelto después de que Washington realizara el 17 de julio pasado el último vuelo antinarcóticos desde Manta y de que el presidente Rafael Correa anunciara en julio de 2008 que no renovará el convenio suscrito en noviembre de 1999.
El mandatario declaró en una ocasión que estaba dispuesto a cortarse la mano antes que firmar la extensión del acuerdo, y en otra que autorizaría la continuación siempre y cuando Ecuador fuese habilitado a montar una base en Miami.
Asimismo, la nueva Constitución ecuatoriana -promovida por el gobierno- prohíbe la presencia de bases y tropas extranjeras en territorio nacional.
Desde julio Estados Unidos retiró sus principales equipos como los vehículos contra incendios, que fueron llevados a los FOL en Curazao y El Salvador, y donó otros a la FAE además de las edificaciones de oficinas y dormitorios.