SANTO DOMINGO.- La venta de vehículos nuevos en el país se ha reducido en más de un 50% en lo que va de año, en comparación con el mismo período del año pasado, situación que ha creado gran preocupación en la Asociación de Concesionarios de Fabricantes de Vehículos (ACOFAVE).
Fernando Lama, presidente de Acofave, dijo que el principal causante de la baja, la más dramática de la que se tiene registro, es el aumento de la tasa de interés de los bancos comerciales de un 10% a más de un 30%.
Además del alza de la tasa del dólar, les afecta el ingreso al país de una gran cantidad de vehículos usados en violación a la norma que prohíbe que se importen vehículos con más de cinco años de fabricados.
Lama participó en el Desayuno de LISTÍN DIARIO acompañado de los miembros de la directiva de la asociación, Enrique Fernández, director ejecutivo; Clara Reid de Frankenberg, suplente del presidente; y los vocales Gilberto Marión-Landais y Juan Velázquez.
Puso como ejemplo que en abril de este año vendieron 2,304 unidades y en agosto cayeron las ventas a 1,322 unidades, lo que representa una diferencia entre ambos meses de 982 unidades.
La entidad advirtió que de mantenerse la tendencia actual de ventas mensuales durante los meses de septiembre (datos aún por recibirse), octubre, noviembre, y aún tomando en cuenta la tradicional mejoría de diciembre, las ventas de vehículos nuevos durante el 2008 colocarían a la industria muy por debajo de lo que fueron las ventas durante el 2005, el 2006, y el 2007.
Lama dijo que en el año 2007 la venta de vehículos nuevos alcanzó las 30,636 unidades, pero que para este año la tendencia es que disminuya a 22,000.
Entiende que la situación sería más grave para el año 2009, pues se proyecta que las ventas caigan en 11,000 vehículos.
Han disminuido las ventas de vehículos todoterreno, automóvil, camioneta, camión, furgoneta, minivan, microbus (10-19 pasajeros), minibús (20-36) y autobús (más de 36).
Dijo que los vendedores de vehículos nuevos han tenido que recortar sus ganancias ante el disparo de las tasas de interés. Más del 80% de los vehículos son comprados con financiamiento de los bancos.
Cortados a la mitadAcofave también denunció la importación y puesta en circulación de vehículos cortados en dos. “Aquí hay vehículos que los traen cortados por la mitad, los pegan, les dan ferré, los ves igualito y no te das cuenta que vino cortado por la mitad”, indicó Lama.
Esto lo hacen para disminuir el costo de transporte y para intentar la evasión de impuestos de arancel al importarse como piezas y no como unidades enteras, según explicó el empresario.
Crisis EEUUEn el sentido más estricto la crisis financiera de Estados Unidos, originada por el desplome del mercado inmobiliario y su efecto en la banca comercial y de inversión, no debería tener un impacto en República Dominicana desde el punto de vista financiero, consideró el director ejecutivo de Acofave.
Enrique Fernández dijo que las medidas que más han afectado al mercado dominicano fueron el alza de las tasas de interés y la reducción de los niveles de crédito bancario y esas medidas se tomaron inmediatamente después de las elecciones, sin que se hubiese agudizado aún la crisis norteamericana.
Dijo que el impacto más directo de la crisis de Estados Unidos en el mercado de vehículos en República Dominicana lo constituye la proliferación de vehículos usados de alto consumo que están siendo sustituidos por los consumidores norteamericanos y que tienen vocación de ser exportados hacia nuestro país a precios de “vaca muerta”. Estos vehículos generan más demanda de combustibles o significan una carga para el Estado dominicano cuando son convertidos para utilizar gas licuado de petróleo.
Impuesto únicoAcofave entiende que se debe tener en cuenta que una exoneración de impuesto o disminución a través de un “impuesto único”, para fines del Estado, es lo mismo que un subsidio directo. Significa, agregó, distracción de recursos que de otra manera se hubieran podido dedicar a atender otras necesidades de gastos o inversión.
“Pero las exoneraciones indiscriminadas tienen un efecto más pernicioso aún que los subsidios, pues llevan a la quiebra al comercio organizado, el cual no puede competir en precios pagando los impuestos objeto de la exoneración o disminución”, planteó.