jueves, octubre 02, 2008

Senado EU aprueba paquete de ayuda

WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos dio ayer luz verde, por una mayoría de 74 votos contra 25, a un plan de rescate financiero que apoya más al ciudadano medio y que por tanto, podría ser más fácilmente aceptado por la Cámara Baja.
Tras la aprobación del Senado, el nuevo plan será debatido por la Cámara de Representantes y probablemente votado el viernes. En principio, parece que en esta instancia del Congreso se han suavizado las reticencias que provocaron el rechazo del lunes.

El presidente George W. Bush continuó durante toda la jornada de ayer su campaña telefónica para convencer a los senadores -y también a algunos congresistas reticentes, en su mayoría republicanos- de la necesidad de aprobar este plan que permitirá al Gobierno poner coto a la crisis.

El paquete aprobado por el Senado mantiene el desembolso de 700,000 millones de dólares previsto en el proyecto rechazado el lunes por la Cámara baja (228 votos contra 205), pero incorpora nuevos alivios fiscales y otras medidas que benefician al ciudadano medio.

El nuevo plan contiene una medida para evitar que la clase media y los pequeños empresarios se vean afectados por el “impuesto mínimo alternativo”, lo que supone, en realidad, una desgravación fiscal. “La medida provocará inmediatamente la creación de cientos de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos”, dijo ayer el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid.
Una esperanza
El Senado de EEUU revivió ayer el moribundo plan de rescate de la Casa Blanca, para respiro del propio Gobierno, del Congreso y de los mercados, pero no de los ciudadanos, que aun desconocen si el paquete multimillonario les dará algo de aliento.Ahora, una vez que el paquete ha pasado el tamiz de la cámara alta, será más fácil que los miembros de la Cámara de Representantes puedan dar el visto bueno al plan, sin que se le echen encima los contribuyentes. Precisamente, la movilización ciudadana ha sido clave en el “serial” del rescate económico que ha vivido en la última semana Estados Unidos, especialmente en la cámara baja, donde sus 435 miembros se juegan el escaño el 4 de noviembre.En las horas previas a la votación, el pasado lunes, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de votantes de sus distritos inundaron las oficinas de los congresistas, lo que llegó a afectar las comunicaciones y al acceso de Internet de la Cámara.