miércoles, septiembre 24, 2008

Miles asisten actos virgen las Mercedes Santo Cerro

SANTO CERRO, La Vega.- Las promesas deben ser honradas, por lo que a las 7:20 de esta mañana llegó a la iglesia de aquí Felipe Vinicio Ayala, quien en 1982 perdió sus dos piernas y, desde entonces, visita cada 24 de septiembre este santuario.

Y todo porque le prometió a la virgen de las Mercedes que, si le permitía seguir con vida luego del accidente que lo imposibilitó físicamente, cada año llegaría solo al lugar para tributarle su agradecimiento.

Como Felipe, miles de dominicanos motivados por la solución de sus problemas económicos y de salud, desde anoche han estado asistiendo a este lugar, en peregrinación desde lugares cercanos y lejanos, en agradecimiento por favores que estiman les ha dispensado la Patrona de la República Dominicana.

En esta ocasión la asistencia de feligreses no ha sido tan profusa como lo habitual, pero de todas formas, el templo católico ha resultado pequeño para la enorme cantidad de feligreses que lo han ocupado para escuchar las siete misas programadas para la ocasión.

Los oficios religiosos comenzaron a las 5:00 de la madrugada, correspondiendo al padre Fausto García, párroco de aquí, presidirla. A las 10:00 de la mañana correspondió al arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, oficiar la eucaristía.

Otras misas fueron oficiadas a las 7:00, 8:30 y 12:00 del medio día, en tanto que se tiene proyectadas otras a las 2:00 y 4:30 de la tarde, encabezadas por los padres Porfirio Espinal, Julio Santos, Marino Reynoso, Francisco Contreras y el propio Fausto García.

El párroco resaltó la enorme devoción que tienen los dominicanos por la virgen de las Mercedes, hasta el extremo que, de todas las latitudes del país llegan peregrinos, especialmente jóvenes o con problemas físicos y/o de salud.

Apoyados en muletas, en sillas de ruedas, caminando con dificultad o arrastrándose, como Felipe, la empinada carretera que conduce hasta el santuario ha visto desfilar hoy a miles de dominicanos con el mismo propósito: venerar y agradecerle a la Patrona nacional favores concedidos.

En 1982, Felipe trabajaba en un molino ubicado en el sector Los Mina, de la capital, cuando el aparato le cercenó los pies a la altura de sus rodillas. En su lecho de enfermo prometió a la virgen de las Mercedes y al Divino Niño que, si le preservaban la vida, vendría cada 24 de septiembre a este lugar solo y haciendo el esfuerzo físico que fuera.

Desde entonces, este hombre de 57 años, quien ahora reside en la comunidad Bayacanes, de Valverde, no ha dejado de cumplir con su promesa y hoy se le vio llegar temprano, aunque físicamente agotado por el trecho recorrido.

Jairo Taveras, de 20 años, residente en Montecristi, desde pequeño visita el santuario, pero hoy lo hizo de una manera especial, ya que hace algunos meses lo hirieron a cuchilladas y prometió que, si preservaba la vida, vendría a homenajear a la virgen de las Mercedes.

Seis operaciones le hicieron a Jairo para mantenerlo con vida y hoy llegó temprano y escuchó la misa de las 7:00 desde la puerta de la iglesia, porque no había forma de ingresar. Para él, llegar hasta allí significó el inicio del cumplimiento de su promesa y espera seguir visitando el lugar mientras la salud se lo permita.

Como es habitual, en los laterales de la carretera que conduce a la iglesia, especialmente en los últimos 500 metros, desde ayer funcionan los más variados negocios donde, de manera fundamental, los visitantes pueden comprar hojaldres y roquetes, los productos comestibles más emblemáticos de la visita al Santo Cerro.

En los últimos años se han agregado otros negocios ambulantes, como los de venta de artículos alegóricos a la festividad religiosa, productos comestibles y hasta bebidas alcohólicas que, en esta ocasión, estuvieron acompañadas al son de merengues y bachatas amplificadas desde los negocios.

Una pertinaz llovizna, acompañada de neblina, matizó el lugar durante la mañana de hoy, pero esto no impidió que la gente se mantuviera yendo y viniendo para así cumplir con viejas y nuevas promesas de visitar el santuario de la virgen de las Mercedes.