El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha advertido hoy en un mensaje televisado a la nación desde la Casa Blanca de que la economía estadounidense "está en grave peligro" y ha tratado de convencer a los estadounidenses de apoyar el plan de rescate de 700.000 millones de dólares (casi medio billón de euros). "No intervenir ahora les va a costar mucho más a los ciudadanos en el futuro", ha asegurado con rotundidad.
Bush ha dicho entender "la preocupación y la frustración" de los estadounidenses y ha señalado que se vio obligado a intervenir para "evitar el pánico financiero" y la "recesión". "El mercado no está funcionando adecuadamente, se ha perdido la confianza, los principales sectores están en peligro, y más bancos podrían quebrar y amenazar con enviar a la economía de EE UU a la recesión. No debemos dejar que suceda", ha recalcado en un mensaje que los analistas no dudan en calificar de apocalíptico y en el que reconoce que el país está inmerso en una grave crisis.
El mandatario está convencido de que el Congreso debe maximizar sus esfuerzos para procurar que Wall Street no dificulte el crecimiento económico, una premisa que parecen compartir los dos hombres que se disputan en noviembre tomar el testigo en la Casa Blanca. Minutos antes de la intervención de Bush, el candidato demócrata Barack Obama y el republicano John McCain han pedido en un comunicado conjunto la unidad de los dos partidos para hacer frente a la crisis. Ambos senadores han aceptado la invitación de Bush para acudir a una reunión hoy en la Casa Blanca para llegar a un compromiso sobre el plan de rescate.
"Sin una acción inmediata por parte del Congreso, Estados Unidos podría caer en un pánico financiero, a lo que seguiría una situación agobiante" en el país, ha insistido Bush, que ha instado a actuar "lo antes posible".