
Unas tres viviendas habrían colapsado bajo el lodo y seis de los muertos pertenecen a una misma familia, más una amiga que estaba de visita.
El derrumbe se produjo entre 1:00 y 2:00 de la mañana, en momento en que la barriada dormía bajo una pertinaz llovizna y en medio de un prolongado apagón, lo que sumió la barriada en un caos total.
Vecinos del lugar dijeron que en horas de la tarde se estaban produciendo desprendimientos de piedras y lodo en la parte alta de la cañada, por lo que se temía que fuera a ocurrir una desgracia.
Sin embargo –y ya acostumbrados a vivir en el peligro- las familias de la Cañada de Benavides se fueron a la cama, para algunos no despertar jamás.
Las autoridades del COE y los bomberos recibieron las primeras llamadas cerca de las 2:00 de la mañana, por lo que se presentaron al lugar de inmediato.
Esta madrugada todo era confusión en el lugar, y mientras unos lloraban a sus muertos otros buscaban culpable por la precaria situación en que viven.