David Paterson, pidió hoy colaboración para combatir una situación económica que "va a empeorar" y aseguró que las pérdidas de Wall Street están teniendo un efecto "devastador" en las cuentas del estado.
"Haré todo lo que pueda para evitar que los neoyorquinos se congelen cuando llegue el frío", se comprometió Paterson en un inusual mensaje televisado a todo el estado, en el que apeló a la "constancia y la austeridad" de los ciudadanos y poderes públicos.
"Haré todo lo que pueda para evitar que los neoyorquinos se congelen cuando llegue el frío", se comprometió Paterson en un inusual mensaje televisado a todo el estado, en el que apeló a la "constancia y la austeridad" de los ciudadanos y poderes públicos.
Tras reconocer los esfuerzos que las familias neoyorquinas realizan para adoptar día a día "decisiones difíciles" y "hacer más con menos", el gobernador prometió que "el estado seguirá el camino liderado por los neoyorquinos".
"El próximo invierno algunas familias tendrán que elegir entre pagar sus hipotecas o alimentar a sus hijos", afirmó el máximo responsable del Ejecutivo de Nueva York para comenzar su breve intervención televisada.
Añadió que "el incremento de los costes de los seguros médicos hace que los padres no puedan permitirse caer enfermos, y el encarecimiento de la educación implica que no puede asegurar la inclusión de sus hijos en la fuerza laboral".
Según Paterson, estos "duros momentos" de las finanzas neoyorquinas se deben en buena parte al efecto "devastador" de la evolución de Wall Street, que "está afectando a todas" las comunidades.
En ese sentido, detalló que mientras que en junio de 2007 los 16 bancos que más impuestos pagan por beneficios aportaron a las cuentas públicas estatales más de 173 millones de dólares, un año después sólo han aportado cinco millones, un 97 por ciento menos.
"Nuestra situación económica es tan dura que he querido dirigirme a todos ustedes esta tarde para ponerles al corriente", explicó Paterson, quien instó a "no desaprovechar una sola oportunidad para actuar".
"Hoy les prometo que vamos a actuar" y, para ello, anunció, se ha convocado una "sesión de emergencia" del poder legislativo estatal, que se reunirá el 19 de agosto para buscar medidas que permitan combatir la ralentización económica.
La estadísticas muestran, según Paterson, que muchos neoyorquinos "han tenido que posponer o cancelar sus vacaciones", por lo que "ahora su Gobierno va a seguir su ejemplo".
"Vamos a terminar las vacaciones de los legisladores, para que vuelvan a Albany (capital del estado) y redefinan las prioridades en el modo en que se gestionan las finanzas", agregó.
Entre las medidas previstas, Paterson anunció que se prevé reducir el gasto público, potenciar las colaboraciones con el sector privado, recortar los impuestos a la propiedad y ayudar a las familias con el coste de la calefacción.
"Pero todo esto no lo puedo hacer yo sólo. Necesito toda su ayuda, así como la de los líderes del sector privado y público y de quienes sirven en Washington", reclamó.
Una de sus peticiones expresas fue que se recurra lo menos posible a las tarjetas de crédito, porque "la era de comprar ahora y pagar cada vez más tarde (una fórmula muy extendida entre las familias estadounidenses) ha acabado".
"Cuanto antes afrontemos esta crisis, más rápido y con más fuerza nos recuperaremos", defendió el gobernador, quien mañana presentará el presupuesto del próximo ejercicio fiscal, que reflejará un déficit público de 6.400 millones de dólares, un 28 por ciento más que lo previsto inicialmente.
Paterson, quien asumió su cargo el pasado marzo a raíz de la dimisión de su antecesor tras ser vinculado a una red de prostitución de lujo, reconoció hoy que ya le asombró en su día conocer que el déficit inicialmente presupuestado iba a ser de 5.000 millones de dólares.
"Inmediatamente ordené el recorte de gastos, pero la situación está empeorando, así que mañana presentaré un plan presupuestario que sitúa el déficit en 6.400 millones de dólares, 1.400 millones más que hace tan sólo unos meses", anunció el mandatario.
En mayo el déficit de Nueva York previsto para los próximos tres años ascendía, según detalló Paterson, a la cifra récord de 21.500 millones de dólares, pero, con el empeoramiento de las condiciones económicas, esa cantidad se ha revisado y elevado hasta 26.200 millones, lo que supone un "asombroso incremento del 22 por ciento en menos de 90 días".