lunes, noviembre 02, 2009

DNCD y Ejército despiden con honores sargento asesinado por narcos SC

SAN JUAN DE LA MAGUANA.- La Dirección Nacional de Control de Drogas y el Ejército rindieron ayer aquí los honores correspondientes al su-oficial Alcedo Pinales Suero, asesinado por narcotraficantes en San Cristóbal, hecho que el mayor general Rolando E. Rosado Mateo juró ante los restos del militar que “bajo ninguna circunstancia quedará impune”.

El presiente de la DNCD afirmó que ese hecho de sangre es consecuencia de la forma equivocada como actúan algunas instancias que desalientan la lucha contra el narcotráfico y otras modalidades de crímenes, al tiempo de reafirmar que esa institución no dará marcha atrás en su compromiso de combatir el trasiego de estupefacientes. “Nada nos detendrá en esta lucha”, agregó.

Rosado Mateo encabezó el funeral de Pinales Suero junto a un grupo de oficiales del Ejército y la Policía, adscritos a la DNCD, entre ellos los generales José Eugenio Matos de la Cruz, director del Centro de Información y Coordinación Conjuntas (CICC); y Rafael Olivo, director administrativo de la agencia antinarcóticos, así como varios coroneles de las diferentes instituciones castrenses.

Pinales Suero, de 29 años, fue ultimado la noche del viernes durante un operativo que realizaba la DNCD en el sector Nueva Esperanza, en la ciudad de San Cristóbal.

Sus restos fueron trasladados al paraje Magueyal, ubicado en el kilómetro 14 de la carretera que comunica a esta ciudad con Las Matas de Farfán.

Sus restos mortales fueron sepultados en el cementerio del sector El Córbano, en medio de sentidas manifestaciones de dolor de familiares, amigos y compañeros de trabajo. El militar dejó en la orfandad a dos niños de 9 y años, respectivamente.


Rosado Mateo reafirmó sus cuestionamientos a la facilidad con que los delincuentes salen de prisión.

“Este soldado de la patria deja una impronta que debe servir de ejemplo a aquellos que en vez de alentar nos halan con sus decisiones erradas”, afirmó Rosado Mateo al pronunciar el panegírico, previo a depositar en el nicho la urna con los restos de malogrado sargento. “Vamos a seguir luchando como lo hizo este soldado hermano”, dijo.

Lamentó la pérdida de una vida tan valiosa, tras indicar que “que no tengan los delincuentes la menor duda de que vamos a seguir actuando la responsabilidad que nos caracteriza y con las herramientas que las leyes ponen en nuestras manos”.


El propio jefe antidrogas entregó a los familiares la bandera que cubrió el ataúd.